Superadas las bodas de plata, el Premio Internacional de Poesía Jaime Gil de Biedma, promovido por la Diputación de Segovia, mira con optimismo al futuro tras comprobar que el número de obras presentadas al galardón crece año tras año.
En esta su XXVI edición el galardón que recuerda al poeta vinculado con la localidad segoviana de Nava de la Asunción, en cuyo cementerio reposan sus restos mortales, ha contabilizado hasta 1.298 trabajos. "En realidad el número de obras presentadas se ha acercado a las 1.400, pero 1.298 son las que han cumplido los requisitos establecidos y se han presentado dentro del plazo estipulado", ha explicado esta tarde en rueda de prensa el coordinador del Premio, Gonzalo Santonja.
Justo unos minutos antes había concluido la reunión del prejurado, presidido por la diputada de Cultura, Sara Dueñas Herranz, y en el que junto a Santonja figuraban Carlos Cantero Hernández, Mª Luz de Frutos Muñoz, Mª Antonia de Isabel Estrada, el ganador del premio en 2014 el soriano Fermín Herrero, actuando como secretario el jefe de Servicio de Cultura de la Diputación, Emilio Lázaro Garrido.
La diputada de Cultura ha agradecido a los miembros del prejurado el "arduo trabajo" realizado para la selección de los finalistas, mientras ha recordado que el fallo del jurado se producirá el jueves 9 de junio.
Entre los trabajos finalistas, aproximadamente la mitad proceden de España y la otra mitad de Iberomérica, entre los que hay mexicanos, peruanos y argentinos, según ha explicado Santonja, tras la lectura de todos las obras, aunque podría haber de otros países de Latinoamérica.
El coordinador del premio ha agradecido un año más el trabajo realizado por los funcionarios de la Diputación, que ha permitido a los miembros del prejurado empezar a leer los libros ya en febrero. "1.298 obras es un número peligroso, que daba cierto abogio, aunque ahora lo digo con regocijo, pues puedo decir que hemos leído y releído todos ellas". "No hay ningún libro que no haya pasado por dos lecturas, y eso solo ha sido posible al gran trabajo de los funcionarios de la Diputación".
Las catorce obras finalistas, elegidas por el jurado por "amplio consenso", han sido: Postales (88), Reverso de la noche (294), El silencio de los peces (381), La herrumbre en México (441), Revelaciones (1068), No hay memoria que lo guarde todo (801), Coser el agua (307), Amigo de lo ajeno (692), Pertinaz frilance (910),Los nudos del agua (751), Noches áticas (366), Versos perdidos (1.284), Vértices (789) y Satirológico (391).
Entre los finalistas, hay libros muy medidos, "en el sentido clásico del término", como el que ganó el año pasado de Santiago Castelo, y los hay "innovadores, muy innovadores, hasta diría que rupturistas, escritos por personas muy jóvenes", lo que demuestra, a juicio de Santoja, el "carácter plural del premio, que es lo ideal de cualquier galardón".
El número de obras presentadas sirve para constatar el éxito "cuantitativo" del galardón, mientas que su éxito "cualitativo" queda patente al repasar la nómina de sus ganadores. "Desde hace seis o siete años el número de obras presentadas ha crecido espectacularmente", ha apuntado el coordinador del premio, quien ha señalado que los últimos cinco o seis trabajos ganadores son " extraordinarios". "Los dos últimos me parecen los mejores libros de poesía publicados en España. El de Fermín Herrero, ganador en 2014, fue reconocido con el premio de la crítica y el de las Letras de Castilla y León".